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CASO. El avance a las denuncias que pesan en su contra en la Fiscalía Anticorrupción de Sonora, siguen sin inquietar a la exalcaldesa, mientras disfruta sus vacaciones después de concluir su gestión.
Édgar Coronado
Navojoa/DMX. Aun con un proceso abierto en la Fiscalía Anticorrupción de Sonora (FAS), por denuncias de ex miembros de su administración, la exalcaldesa Rosario Quintero Borbón, pasa sin pena el término de su gestión, conviviendo al lado de su esposo, así como sus hijos y nietos, sin preocupación ante las acusaciones.
Con supuestos delitos a perseguir, como el ‘Caso Valegate’, el robo a tesorería, un “desfalco” financiero al Organismo Operador Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Oomapas), incluidos supuestos “moches” familiares de funcionarios, además de un caótico escenario entregado a la actual administración, es hasta el momento el corte de caja de la administración que presidió hasta el 15 de septiembre.
En los últimos días, el exdirector administrativo de Oomapas, Luis Arturo Muñoz, así como la exregidora del PAN, Berenice Jiménez Hernández, y el exsíndico Procurador y ahora regidor del PT, Guillermo Ruiz Campoy, han sido llamados a declarar por la FAS para dar continuidad al caso.
Pese a ello, el tema parece no preocupar a la controvertida ex alcaldesa, quien disfruta los días posteriores a su cierre de administración, al lado de su esposo Francisco Escoboza, quien fungía como chofer de la camioneta oficial, sería otro de los señalados en los supuestos delitos señalados; gozando en todo momento los días en familia.
Quintero mantuvo una gestión en el ojo del huracán desde su arranque, con innumerables escándalos y pocas soluciones al rezago en materia económica, infraestructura vial, recolección de basura y abasto de agua potable, que le valieron el repudio de la sociedad, quienes, hasta el último día de su administración, le cuestionaron su polémica labor.
